sábado, 16 de julio de 2016

Viajar Viajar - El destino, la búsqueda

Suelo participar de charlas de familia o amigos que devienen en calurosos debates acerca de los destinos a la hora de realizar un viaje al exterior.

Están los que se inclinan por las playas y el sol, los que exponen a sus tarjetas de crédito a largas sesiones de precalentamiento para que estén listas en el momento de resistir horas y horas de shopping, o quienes no hacen más extensa la lista de museos a visitar en una ciudad por la única razón de que todavía no se construyeron nuevos.

Los viajeros en cuestión defienden sus últimas vacaciones ante los que decidieron hacer de las propias un hecho diferente. Como si hiciera falta, o incluso como si pudiera llegarse a algún fallo que proclame que uno es mejor que los otros.


Sucre, Bolivia

Para mí, la cuestión es simple y el resultado de la respuesta varía según el viajero, no según el destino.

Lo que define el sitio a visitar depende de una sola cosa: la búsqueda.

Y no es que con esto descubra nada, al fin y al cabo todo en nuestra vida se trata de eso, de buscar.

Suelo enojarme con la pseudo literatura barata. Quizás porque sé, como muchos, que el mercado de las grandes editoriales tiene una puerta de entrada muy angosta y muy dependiente de los resultados en cuanto a ventas, por eso es difícil llegar para cualquier novel.

Entonces cuando editan a quien escribe algo vano en cuanto a forma y contenido pero muy rico en cuanto a publicidad, nos enfurecemos y criticamos a quienes lo consumen.

Me pasa seguido.

Pero luego caigo en la cuenta de que quien lee "eso" está, nada más y nada menos, que en una búsqueda diferente a la mía. Y se sabe, nada más genuino que la diferencia.

Vuelvo a los viajes.

En algún momento de la vida, uno solo ansía arrojarse bajo el sol entre arenas suaves y palmeras. Leer al borde de una piscina en un all inclusive que simplifica todo, que nos permite creer que, por una semana al menos, el mundo es una suerte de paraíso en el que el tiempo se detuvo y no se puede hacer otra cosa que relajarse.

Allí vamos entonces. Y está muy bien.


Club Med Rio das Pedras, Brasil

En otro momento, uno deseará recorrer alguna ciudad muy cultural e irá de museo en museo. Pero es probable que, si se tiene la suerte de volver, se elija visitar solo aquel que encontró un espacio en el corazón viajero y se opte por recorrer la ciudad a pie en busca, claro, de otras cosas.

Tengo la fortuna de haber viajado. Menos que otros de mi edad, pero también más que muchos.


Hard Rock New York, EE.UU.

Cuando tenía veintires años pasé un mes entero en París. Había estudiado ocho años en la Alianza Francesa y los dos últimos había hecho la variante que se llama "Civilización", en la que se estudia francés a través de la historia, arte y literatura francesas.

Al llegar a París toda mi persona era un cúmulo de información que necesitaba concretarse de alguna manera. Así es como visité muchos museos (al gigante Louvre fui incluso dos días) palacios y otros lugares que iban completando ese bagaje de cultura acumulado a distancia.

Esa era mi búsqueda en ese momento y para esa ciudad.

Hoy solo volvería al Orsay, que alberga el arte del siglo XIX, todos mis amados impresionistas están ahí. Hoy busco otras cosas.

Algunas que incluso no vislumbro con claridad, que van tras ese instinto que las percibe en parte y me guía hacia un destino en lugar de otro.

Así es como en el último viaje las islas británicas ganaron la pulseada.
¿Es criticable? ¿Es cuestionable la decisión de otro acerca de sus viajes?


Castillo de Blarney, Irlanda

Como todo, no. Quizás pensemos que es más o menos aburrido. Pero si la elección está definida con un cierto conocimiento de lo que ofrecen los destinos entre los que se puede elegir y no desde el prejuicio, ninguna es peor que otra.
Aprovechar la suerte de poder subirse a un avión y conocer otros lugares, pocas cosas hay más enriquecedoras que eso.

Y buscar. Siempre. 

Nunca descansar de eso, más bien disfrutarlo. 

La felicidad está en los hallazgos.


Tren inglés

Nota de copyright: todas las fotos de este post son mías.